Apenas son las 9 de la mañana y unos cuantos rayos de sol rasgan las nubes de una tormenta que no fue sobre la sierra de Atapuerca. Desde la carretera que va desde Ibeas de Juarros hasta los yacimientos la vista es realmente bonita. Un año más, el Día de Medios congrega a unas cuantas personas en la entrada de la Trinchera del Ferrocarril, con José Mª Bermúdez de Castro dándoles la bienvenida y otros miembros del equipo de comunicación ultimando las cosas con llamadas de última hora. Hace frío, más de lo que parece. El clima burgalés es así de irreverente.
No falta nadie, así que comienza la liturgia de las visitas. Pónganse el casco. ¿Redecilla sí o no? La comandita avanza por la trinchera hasta la primera parada: la Sima del Elefante. El viento que sopla serpentea entre los tubos de la parte superior de la estructura, generando un sonido que hace que hasta Rosa Huguet -investigadora del IPHES y coordinadora de los trabajos- bromee con la grabación de un programa de Iker Jiménez en la sierra… toda aparición en los grandes medios es poca, y bienvenida. Puede que ese ulular sea algo premonitorio. Los reporteros gráficos enfilan las escaleras para bajar a pie de yacimiento a tirar fotos desde los tablones de obra que les han colocado como punto máximo de acercamiento. Los demás, desde la cota del suelo de la trinchera, nos colocamos en círculo, sin interferir en el plano del cámara que ha pedido a Rosa que “ahí vale”. Cada uno saca su dispositivo de grabación y, como harán el resto de científicos, todo comienza con la auto-presentación de cada encargado. Lo más relevante de todas esas entrevistas son las fotos y los datos sobre extensión a excavar, hasta dónde se va a profundizar en altura, qué han sacado durante los primeros días, que esperan encontrar y cuántas personas conforman el grueso del equipo. [Friendly reminder: el 2022 es el año del regreso a la actividad a pleno rendimiento, volviendo a intervenirse todos los yacimientos y con más gente que en 2020 y 2021]

Todo listo. Da gusto oír hablar a gente que sabe tanto de lo que cuenta que la exposición de apenas unos minutos no se convierte en una vomitona de datos. Divulgación pura. Fácil. Cortita y al pie, que se dice en argot futbolístico. Rosa te dice “un suido”, pero añade “cerdo”. A los integrantes del equipo de investigación de Atapuerca les brota esa faceta casi sin querer. Te cuentan la ciencia que hacen con pasión y sin presión. Nos cuenta que los objetivos de este verano son terminar de extraer lo que “asomó” a finales de la campaña del año pasado. Unos restos de suido y de tortugas en el Nivel 7, interesantes para catalogar la especie. El suido está prácticamente levantado por completo, “muy bonito todo él” y los geocronólogos ya les han confirmado que es material datable. Nos comenta también que les ha hecho especial ilusión confirmar la aparición de restos de hipopótamo, más allá de diversos fragmentos de dientes que han salido tanto en Elefante como en otros yacimientos. A finales de junio se ha encontrado un astrágalo (una parte de la articulación del tobillo), que puede ayudar a calcular el tamaño que tendrían.
Tenemos que entender que los estratos (las capas) de los diferentes yacimientos simulan -salvando las distancias- las de una cebolla. Si estuviéramos sobre una cebolla gigante, nuestros pies pisarían la capa más externa y, concretando más, nuestras suelas irían pisando esa capa al ser excavada cada vez más fina hasta llegar al techo de la que está debajo. Así funciona la cosa en arqueología. Se empieza por la capa exterior y se registra todo lo que en ella aparece. En la Sima del Elefante está comenzando a aparecer el techo del nivel 6, no tan arcilloso como el 7. Está siendo dejado para ser excavado en superficie, pero ya se pueden ver algunos caparazones de tortuga. La base de ese nivel 7 está fechada en torno a los 1.3-1.4 millones de años. Todo hace indicar que el nivel 6 será más antiguo, pero no está claro si será 100.000 años más o 300.000 años más; el abanico en este yacimiento es mucho mayor que en otros como Portalón, en el que pueden precisarse horquillas de 1.000 años. Lo que es inconcebible es la cantidad de material que se ha sacado de la sima en vertical, y que de la pared que uno ve cuando está recibiendo la explicación, hay zonas que se sabe que entran en plano horizontal hasta 6 metros.
Por otro lado, esta campaña se ha comenzado a excavar en los 9m2 de ese nivel cuya pendiente hacía complicado el año pasado asegurar a los investigadores, haciendo necesario el montaje de un andamio que quedó listo el año pasado y que este año ya está en uso… arneses mediantes.

Pero, ay, amigos, el día siguiente de que Rosa nos contase su ilusionante percepción de lo que le depararía esta campaña de excavación en la sima, ella y todo el grupo de 14 personas que están trabajando en Elefante pararon las rotativas en seco. Edgar Téllez, concretamente, parece tener algo en el cuadrante K29. Un fósil ve la luz muchos cientos de miles de años después de quedarse ahí arropado en el barro. Con brocha, paletín y el mayor de los cariños, Héctor va tirando del hilo que saque por completo a la luz lo que quiera que sean esos fragmentos que ha descubierto. Es demasiado pronto para confirmar qué es, más aún con la emoción a flor de piel sobre precisamente eso. En la cabeza de todos está la mandíbula que apareció en el año 2007 un par de metros más arriba, fechada entre 1.1 y 1.3 millones de años. No hace falta ser un lince para pensar en que si esto ha aparecido más abajo, será como poco igual de antiguo. Los conservadores y restauradores se encargarán de descifrar ese enigma en el CENIEH. Una emoción latente impregna la sima. Smartphones a pleno rendimiento, carreras hasta el lugar, risas nerviosas…

No cabe duda de que es parte de la cara de un primate. Hasta ahora, la cara más moderna de un «ser humano» que se tenía nos llevaba al Homo antecessor de hace 850.000 años. Los fragmentos desenterrados por Edgar nos mandarían -si todo se confirma durante estos próximos 6-8 meses- a 1.4 millones de años. Uno de esos hallazgos que suceden en Atapuerca y que hay que enlazar con la lasca de cuarzo encontrada y datada en esa horquilla temporal el año pasado. Y eso que, como suele decirse, lo mejor está por llegar.

Enlaces de interés:
Más info sobre Atapuerca en el blog aquí.
Más info sobre Atapuerca en National Geographic aquí.