A lo largo de estos dos años he tenido la suerte de poder visitar los yacimientos arqueológicos de la sierra de Atapuerca, en la provincia de Burgos.
Si no conoces de nada el conjunto de excavaciones que se encuentra en la Trinchera del Ferrocarril y sus alrededores, te recomiendo que le eches un vistazo a los diferentes artículos que he escrito para cada una de las diferentes campañas que tienen lugar cada verano allí. Seguro que te gustará ver cómo trabajan los cientos de científicos que forman parte del equipo de excavaciones o qué cosas se han ido encontrando durante esos meses de julio en los que se excava año tras año.
Familiarízate con los homínidos ancestrales, con las cantidades de años que pueden parecerte en un principio inconcebibles, con los propios yacimientos… Puede ser que al principio te resulte un poco lioso, pero seguro que acabas enganchado como me paso a mí y terminas queriendo saber más y más sobre el tema.
Los primeros homínidos y una secuencia de ocupación ininterrumpida en la sierra de Atapuerca de en torno a los 800.000 años. Una auténtica locura hablando en términos científicos. Al igual que también es de locos la ingente cantidad de restos que se han ido encontrado a lo largo de los más de 40 años en los que se lleva trabajando en los yacimientos. Esas excavaciones y hallazgos han dado lugar a miles de artículos científicos y más de 100 tesis doctorales —algunos de los cuales han servido para reescribir lo que se tenía aceptado a nivel mundial hasta el momento de su descubrimiento—.
Cuando fui por primera vez lo hice más que nada por quitarme esa enorme espina clavada de vivir a una hora y media en coche de los yacimientos, y por supuesto por saber más sobre lo que allí se esconde. Pero es que el buen rollo de los profesionales que engloban al equipo de la Fundación Atapuerca y las ganas de aprender de ellos terminaron por fraguar una relación que me alegro de haber conseguido. Tanto me animaron que mi web tiene un apartado específico sobre el lugar que podéis ver pinchando aquí.