¿Quién es El Hombre de Anchiano?

Como no hace falta que os diga nada de mi alter ego, os contaré un poco más sobre quién soy y cómo he llegado realmente hasta aquí con el Hombre de Anchiano.

De niño odiaba la lectura, porque lo que me gustaba era el balón, de fútbol, y de reglamento. Recuerdo haber contado las páginas que me faltaban hasta la siguiente ilustración de «El pirata Garrapata» de la editorial Barco de Vapor, porque para mí era un suplicio leer. Por el contrario, me gustaba mucho dibujar. Pero mucho-mucho. Y comía fatal. Así transcurrió mi infancia, sin faltarme de nada, pero humildemente a la vez.

Un día, mi tío Pepe me regaló un libro que me interesó como nunca antes me había interesado ninguno. Hablaba de las 7 maravillas del Mundo Antiguo, y tenía muchas ilustraciones. Seguramente por eso me entretuvo más de lo habitual. Me pareció fascinante ver dibujadas todas juntas las obras antiguas con cosas que existen hoy en día, y recreaciones muy cuidadas sobre cada una de ellas, con sus explicaciones. Desde aquel momento, mi punto de vista hacia los libros cambió. Interesado en la Antigüedad, y viendo cosas en el microscopio que me regaló mi hermana crecí y pasé la adolescencia pensando y debatiendo con mis colegas sobre las civilizaciones mesoamericanas, los egipcios, Roma, Grecia… y buceando en la revista Muy Interesante que religiosamente traía mi hermano a casa número tras número. Y los aliens. Era la época de los X-Files, Mulder y Scully. 

La época en la que decides lo que quieres ser aterrizó en mi cabeza con las defensas demasiado bajas como para emprender la aventura universitaria. Mi madre me hizo entender la imposibilidad poder estudiar fuera hizo que no pudiera intentar ser astrofísico. Y la cosa pasó de ser mi sueño a ser mi hobby. Enfoqué mis esfuerzos en lo que se me daba bien, que era dibujar y tiré hacia el dibujo técnico. Me hice proyectista industrial y terminé desarrollando mi carrera profesional en el sector aeronáutico. Aquel trayecto de mi vida duró casi 15 años, y participé en proyectos muy chulos. Motores de caza, motores de Airbus, motores de barco, utillajes para todos ellos… pero llegó la crisis.

Con la crisis en su máxima expresión, empecé a ver barbas de mis vecinos pelar, así que en lugar de poner las mías a remojar, creé este blog. La espada de Damocles, tiros al palo. Iba librando el despido mientras veía cómo cada semana se destapaba la quintaesencia del choriceo político que empezaba a hacerse público. Mis primeros posts nacieron -exclusivamente sobre política nacional- con mi padre escribiendo sus memorias con 80 años, como una manera de decir: 

«Si él con 80 años habla de cosas que pasaron hace 40, yo con 40 dejaré algo más fiable, con todo el respeto a la memoria de mi padre, décadas después. El tiempo dirá si hubiera podido escribirlo como él, con 80.»

Un hombre de Anchiano, nacido en Italia. No como yo.

Leonardo da Vinci, el verdadero Hombre de Anchiano

Visita mi blog en este enlace si quieres ver qué es lo que todo aquello me despertó.

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