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Con la primera etapa del motor de vuelta, el tanque con combustible se colocará sobre el propulsor para mandarlo de nuevo al espacio. |
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Resumen infográfico del programa Mars Vehicle |
El cohete tendrá un propulsor con 42 motores (sí, cuarenta y dos). Han pensado hasta en que incluso estropeándose algunos, podría continuar el viaje. Con ellos se preve que la media de tiempo de los viajes interplanetarios sean unos 110 días. Además, se antoja como algo troncal que de la reutilización de los “hardware” del conjunto (propulsor, tanque y nave) dependa buena parte del éxito del programa. Por poner un ejemplo, la primera fase del cohete tiene una vida estimada de 1.000 vuelos. Sí, mil. Además, la cápsula con el combustible deberá repostar unas 4-5 veces por viaje y se ha calculado que aguantaría hasta 100 viajes. También es cierto que la nave, que podrá usarse hasta 12 veces, no tendrá nada parecido en cuanto a eficiencia: Elon Musk mostró una infografía en la que -dijo que- por primera vez se ha diseñado un cohete cuya eficiencia será mayor al 100%. Por otro lado, comentó que la capacidad máxima es de 100 personas por viaje. Sí, cien. [Para información: hoy en día vamos y venimos de tres en tres, como sardinas en lata, a la Estación Espacial Internacional y lo único que pueden hacer es revisar los controles y jugar con el peluche de juguete que llevan colgado, que usan de chivato para saber si sigue presente la gravedad terrestre o no]. Ese punto de la tripulación daría, y dará, para escribir un libro. Hay MUCHA gente dispuesta a ir a Marte por 160.000€, pero el hecho de que sean voluntarios ¿exime a la compañía en caso de fatal accidente?. Mucha ética de por medio. Y mucho aventurero, el primero, el soñador, parece que no tiene límites. Elon Musk se propuso un día al levantarse cambiar el mundo y tiene toda la pinta de que si no es en vida, se hablará de él muchos años después de su muerte como alguien que pensaba no en grande, sino en infinito. Tanto va Musk al grano, que en el turno de preguntas y respuestas que siguió a la charla no quería perder ni un segundo en lo que el público asistente quería saber sobre su megaproyecto, y no se cortaba un pelo en decirles a los del micro que “Por favor, no quiero ensayos, sólo preguntas. Gracias”. Quizá la pregunta más embarazosa que le lanzaron -o al menos de las que yo escuché- fue la de una joven rusa que preguntó el motivo de su no-internacionalización con un “¿Cuándo van a abrir la puerta al resto de países dispuestos a colaborar?¿Por qué tienen que ser exclusivamente estadounidenses los que viajen?”. La respuesta, un buen despeje, fue que aunque su idea esté concebida como algo global, a día de hoy su cliente es la NASA, y se atiene a las características de contratación de la compañía cliente. Sin duda, se hablará largo y tendido del proyecto de colonización de Marte, incluso Europa o Encélado están en el punto de mira en caso de que salga bien. Puestos a soñar, como Musk, soñemos con estar vivos cuando un hito como el que se han marcado se haga realidad.
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En blanco la eficiencia de cada uno de los cohetes. Para la misión a Marte, por primera vez el porcentaje de eficiencia es más del 100%. |
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