La globalización ha hecho que slogans, diálogos y conceptos de la ficción calen hondo en la población de todo el mundo, el título de esta entrada es un claro ejemplo de ello. Sin embargo, hay otros puntos de vista, nunca mejor dicho.
Gracias a unas interminables y salvajes campañas de publicidad y al mero hecho de que la ciencia-ficción es tan diferente que atrapa a gente de cualquier espectro, quien más quien menos tiene asociado “el lado oscuro” con Darth Vader y su ejército de stormtroopers. Sin embargo, y a pesar de que crea que tiene mérito haber conseguido que todo el mundo (literalmente hablando) enlace automáticamente esa expresión con un producto de la ficción cinematográfica por excelencia, para mí hace mucho que “el lado oscuro” es otra cosa: el de la Luna. Y parecido no es lo mismo.

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Parche de la misión Apolo 8 |
Desde hace años, cuando me enteré de que, por cuestiones que ahora no vienen al caso, la parte de la Luna visible desde la Tierra siempre es la misma, para mí la fuerza que me atraía ha sido esa otra cara donde mis ojos en la puta vida se posarán a simple vista, y me jode… porque soy curioso. Igual que les jodió -probablemente- a todos los astrónomos desde tiempos ancestrales y hasta hace bien poco, saber que cada noche que levantaban la vista al firmamento en luna llena veían siempre lo mismo. Sin duda, la teoría de la planitud terrestre era apoyada por hechos como ese, hasta que lo explicaron con Ciencia. Lo que no sé es si todos los que veneran el lado oscuro de Star Wars, saben que en estas fechas tan señaladas para ellos, el lado oscuro de la Luna dejó de serlo para tres astronautas a bordo de la cápsula del módulo de control de la segunda misión tripulada que la NASA envió para orbitar nuestro satélite y volver a casa sanos y salvos habiendo sido los primeros en ver con sus propios ojos el lado oscuro de la Luna: Apolo 8.
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Sonda Luna 3 |
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Imagen de la cara oculta de la Luna |
Los soviéticos habían ganado también aquella etapa de la carrera espacial, obteniendo hasta 29 fotos de la cara oculta gracias a la sonda Luna 3 en octubre de 1.959, pero a finales del año 1.968, en la mañana del 21 de diciembre, el comandante Frank Borman, el piloto del módulo de mando James Lovell y el piloto del módulo lunar Bill Anders abandonaban el planeta Tierra desde el Kennedy Space Center a bordo de un Saturn V, en lo que sería la primera misión tripulada en salir de la órbita terrestre en el monstruoso diseño que todavía hoy manda hombres periódicamente a la Estación Espacial Internacional. Tres días después, en la Nochebuena de aquel año, y con una trayectoria parecida a un 8 (aunque en la realidad no lo es tanto), entraron en la órbita lunar y se hizo una retransmisión televisada donde se leyeron los diez primeros versos del Génesis (que años después utilizaría Mike Oldfield para comenzar su disco “Songs of a distant Earth”). Los astronautas completaron un total de diez vueltas durante 20h antes de iniciar la maniobra para escapar de la gravedad lunar y volver a casa. Ellos fueron los primeros seres humanos que pasaron al lado oscuro, y también fueron los primeros que vieron el “amanecer” de la Tierra desde allí. Fue un viaje épico, en el que dificultades esperadas e inesperadas casi truncan la misión. Desde el gran contraste de temperatura entre los 200ºC al sol o los -100ºC a la sombra, al desconocido efecto del síndrome de adaptación espacial que sufrió Borman (con cuadro de vómitos y diarrea), la incapacidad de poder maniobrar la nave por la nube generada tras una de las propulsiones, el tomar pastillas para dormir alternadamente para asegurar un descanso mínimo de cada tripulante, etc, etc, etc… Hoy en día le damos valor al alunizaje -que lo tiene, y mucho-, pero si pensamos de manera retrospectiva, y nos plantamos en las casas de todos los que aquella Nochebuena de 1.968 escucharon el mensaje y vieron las imágenes que mandaron, imaginad lo que pudo suponer para esos tres hombres el hecho de, mientras volvían de allí arriba, saberse los tres únicos seres humanos de la historia de la Humanidad que habían alcanzado un hito inimaginable para muchos. Seguramente iniciarían la re-entrada en nuestro planeta rebosantes de felicidad. Habían conocido el lado oscuro. Tal día como hoy, un 27 de diciembre, amerizaron en el norte del Pacífico y entre los reconocimientos a su gesta, la revista Time les nombró «Hombres del año».
Como veis, todo es relativo, incluso lo que esté mundialmente extendido y sobreentendido puede tener otros puntos de vista.
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Me encantan tus posts. Creo que has perdido un premio aquí. http://leyendolosmejores.blogspot.com/2015/12/premio-best-blog.html
¡Muchas gracias!! El hecho de estar nominado ya es todo un honor!!!! A decir verdad, no suelo revisar los comentarios y por eso no me enteré en su día. 🙁 Tendré que estar más atento por si acaso hay próxima vez 🙂 Seguiré escribiendo, eso seguro. 😉
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